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Manual de estilo para presentaciones locutadas y clases en vídeo

presentaciones locutadas

Presentaciones locutadas y clases en vídeo son dos útiles formatos de apoyo en las aulas, un material que contribuye a facilitar tanto la explicación como la comprensión y la retentiva, que los alumnos pueden visualizar tantas veces como quieran y los profesores utilizar a lo largo del año e, incluso, de los cursos. La Universidad a Distancia de Madrid (Udima) ofrece algunas pautas de las ventajas que nos ofrecen ambas herramientas y de los pasos a seguir para una eficaz aplicación didáctica.

Presentaciones locutadas

Se basan en diapositivas con locución de audio y combinan podcast con presentaciones presenciales. Algunas de las ventajas residen en que los alumnos las pueden visualizar tantas veces como quieran y que los profesores, por su parte, las pueden utilizar como una herramienta a lo largo de los cursos, salvo para contenidos que cambian de forma habitual.

La estructura propuesta para estos formatos consiste en empezar con una introducción del tema, hacer un desarrollo y terminar con una conclusión. Estas presentaciones ofrecen la posibilidad de incorporar pequeños clips de vídeo, que tienen que ir enfocados a amenizar y reforzar los mensajes sin llegar a distraer la atención.

En las diapositivas, conviene dar unas pequeñas pautas del contenido, resaltar las ideas principales con negritas o subrayados y profundizar luego en la locución. Por ello, resulta imprescindible elaborar un guión completo y pensar en la locución y en las diapositivas como un todo, para que no parezca un simple ensamblado. Audio y vídeo deben complementarse como un conjunto atractivo en el que tiene que primar la sencillez.

También conviene apoyarse en elementos visuales, como esquemas, gráficos, tablas e imágenes, porque todo ello facilita la retentiva. Las ilustraciones nos permiten visualizar un objeto difícil de describir verbalmente, conectar al alumno con una determinada emoción, actitud o motivación, explicar los componentes de un objeto o bien un proceso o sistema.

Los ejemplos que podamos aportar en nuestra exposición, además de motivadores, son comprensibles, facilitan el aprendizaje, refuerzan conceptos e ideas. Vídeos e imágenes pueden ser buenos ejemplos de lo que queremos transmitir, pero hay que vigilar los derechos y el copyright. En todo caso, hay bancos de imágenes gratuitos, vídeos con copyleft o libres de derechos, además de que en cuestiones relativas a Educación se puede enlazar un vídeo (url) o bien tratar de obtener permiso del autor para fines didácticos.

Algunos detalles a tener en cuenta son que muchos estilos, tipos de fuentes y colores distraen la atención, así como que las letras cursivas y las mayúsculas son más difíciles de leer. Una herramienta útil para hacer estas presentaciones la encontramos en Prezi, y un ejemplo de presentación locutada, en este enlace de Udima.

Clases en vídeo

A partir de Prezi podemos obtener también un vídeo con una grabación de la pantalla a la que añadir el audio (screencast) y subtítulos con Photoshop. Hay que tener en cuenta que se pueden utilizar decorados virtuales, que ofrecen posibilidades infinitas, así como la existencia de numerosos programas de edición para insertar los fondos.

Los vídeos pueden ser utilizados en el aula para realizar una presentación de una asignatura, ilustrar alguna idea o concepto difícil de comprender, realizar un caso práctico o resolución de ejercicio propuesto, atender dudas recurrentes, presentar un proyecto, realizar entrevistas a un experto o realizar tutoriales, entre otras aplicaciones.

Los profesores deben hacer aquí las veces de presentador, por lo que deben tener una idea clara del lugar que ocupará en el vídeo y de sus límites de movimiento en función del decorado virtual elegido. Además de procurar ser ellos mismos y transmitir cercanía, se aconseja que tengan en cuenta a qué alumnos se dirigen para elegir el lenguaje más adecuado y conectar con las necesidades formativas de su audiencia.

La estructura del vídeo sería como la de la presentación locutada, con una introducción, un desarrollo y una conclusión. Se recomienda que no dure más de 10 o 12 minutos, tiempo en el que el alumno ya empieza a desconectar, hacer una escaleta y recordar que no es una clase presencial sino un vídeo, por lo que se deben sintetizar los contenidos y tratar de que el alumno visualice un material ameno, de calidad y que le permita aprender.

Cuestiones a tener en cuenta son la indumentaria (evitar los colores verdes y azules en decorados virtuales porque se empastan), llevar el discurso bien ensayado (incluso frente al espejo), tener un bolígrafo para controlar el movimiento de las manos, mostrar seguridad y cercanía, así como elegir una música de fondo amena que acompañe y no distraiga y cuidar el sonido ambiente y el tono de voz.